Hay ocasiones en las que a la hora de hacer ensaladas nos sobrepasamos demasiado y añadimos todo lo que cogemos. Es cierto que una ensalada admite casi todo, pero también es cierto que hay que tener una medida y un orden dentro de cada cosa. Desde hace algún tiempo se viene añadiendo fruta a la ensalada, cosa que me parece estupenda, y eso hace que este tipo de plato tome otra dimensión. Por eso mismo hoy os voy a enseñar a hacer una ensalada cuyo ingrediente principal es una fruta, para que vayáis probando cosas nuevas.
Para esta ensalada de hoy necesitaremos los siguientes ingredientes:
– Higos frescos (si son pequeños mejor)
– 1 ó 2 manzanas (dependiendo de la cantidad que queramos hacer)
– Queso fresco
– Vinagre balsámico de módena
– sal
– Aceite de oliva
– Pimienta
Lo primero que vamos a hacer es lavar bien todos los higos. Para esta receta intentaremos comprar los higos más pequeños que haya en el mercado, ya que los grandes tienen la piel más gruesa y son más duros mientras que los más pequeños tienen una piel tan fina que es comestible. Una vez lavados los cortamos por la mitad y los echamos a la ensaladera.
Para continuar tenemos que coger la manzana y lavarla bien para luego pelarla y cortarla a dados. Cuando la tengamos cortada a dados la añadimos a la ensaladera también. Con el queso fresco repetimos la operación de cortar a dados y también lo añadimos a la ensaladera. Para finalizar sólo queda añadir un poco de sal, pimienta, aceite de oliva y un buen chorro de vinagre balsámico de módena. Lo ideal es añadirlo en ese orden y remover al final para que todo se impregne del aliño.