Este es un postre que siempre me ha gustado. Es perfecto para una merienda acompañado de un café y a los niños les encanta. Es mucho más ligero que cualquier tarta que lleve bizcocho y su textura es perfecta.
Puedes cambiar el sabor de la mermelada por otro que te guste más, pero el de frutas del bosque o fresa es el que mejor le va.
Es un pastel muy sencillo de realizar, además no necesita horno. Basta con unos minutos para realizarlo y luego simplemente hay que dejarlo enfriar en la nevera. No hay excusas para no hacerlo.
Así que ¡vamos a la cocina!
Ingredientes:
– 1 sobre de gelatina de fresa
– 1 vaso de agua
– azúcar
– 1 tarrina de queso para untar
– 250gr de nata para montar
– 1 bote de mermelada de frutas del bosque (moras, arándanos, frambuesas)
– 1/2 paquete de galletas María
– mantequilla
Modo de hacerlo
Machacar las galletas hasta que queden hechas migas, bien trituradas.
Poner la mantequilla blanda y mezclarla con las galletas hasta conseguir una pasta compacta. Poner esta masa en el molde y apretar bien con una cuchara hasta hacer una base dura. Reservar en la nevera.
Montar la nata.
Hervir el agua con 3-4 cucharadas de azúcar y retirar del fuego. Añadir la gelatina y remover.
Añadir la gelatina a la nata montada y batir.
Echar el queso para untar y batir hasta que quede una mezcla homogénea.
Sacar el molde de la nevera y cubrir las galletas con la mermelada.
Echar por encima la mezcla de gelatina, nata y queso.
Conservar en la nevera al menos 12 horas para que asiente todo bien y servir muy frío.
Fuente de la imagen www.elle.es