Volvemos al recetario de la “cocina de pobres”, que tantas y tan sabrosas alegrías nos depara. Hoy le hacemos los honores al plato estrella de la cocina caliente de Málaga: El Gazpachuelo. Se trata de una sopa cremosa, cuyo origen se ha documentado ya en el siglo XVII, en las ollas de los pescadores de la Bahía Malagueña.
Sus orígenes no pueden ser más humildes y aquella receta básica y original no disponía mas que de los pocos ingredientes que los malos tiempos procuraban a las mesas de las familias más pobres. Una base de caldo de pescado, un par de huevos y patatas era cuanto podían mezclar para conseguir un plato que canlentase el estómago.
Con el paso de los siglos el gazpachuelo ha ido admitiendo todo tipo de ingredientes y variaciones, incluso ha cambiado su nombre en muchos restaurantes, que lo denominan Sopa Viña A.B. después de que a alguien se le ocurriera enriquecerlo con una copita de este vino.
Nosotros, a la receta original, le añadiremos alguna contundencia que lo acerca más a la receta actual.
Ingredientes:
- Un par de patatas
- 2 huevos
- 1/2 kilo de merluza o rape
- 200 gramos de aceite de oliva suave
- 100 gramos de langostinos
Elaboración:
Pelamos las gambas y reservamos. En una olla cocemos las cabezas y la piel de las gambas. Este líquido lo usaremos después como fumé de mariscos para enriquecer el sabor del guiso.
Ponemos una olla al fuego con las patatas cortadas en trozos rudos y cubrimos de agua, con un pellizquito de sal. Mientras podemos ir haciendo la mayonesa casera, con las yemas de huevo y el aceite. Reservamos las claras.
Colamos el caldo de las gambas y lo añadimos a la olla de las patatas, cuando estén casi cocidas. Es el momento, además, de añadir el pescado en tacos y los langostinos. Les permitimos un hervor y cuando esté todo cocido, añadimos las claras que teníamos reservadas.
Apartamos del fuego y dejamos que pierda calor. Cuando el gazpachuelo esté templado vamos añadiendo, sin dejar de remover, la mayonesa casera. Debemos esperar a que el caldo esté más frío para evitar que la mayonesa se corte y se haga grumos.
Finalmente podemos servir con cuscurros de pan o con un puñadito de arroz cocido. Damos el último toque con unas gotitas de limón.