Dentro de la gastronomía tenemos un apartado que no tenemos que descuidar en ningún momento, a pesar de que muchas personas no le den la importancia que realmente se merece: la bebida. A la hora de preparar y organizar una cena, una comida o cualquier otro tipo de “celebración” siempre tenemos que tener en cuenta que la bebida es un aspecto fundamental, y es que para cada tipo de plato hay una bebida que le viene mejor.
Las bebidas alcohólicas son siempre un reclamo a la hora de cenar, aunque no a todo el mundo les guste. Un buen vino tinto es perfecto para un plato en el que la carne de ternera sea lo principal, por ejemplo. Para el pescado, dependiendo también de cómo se cocine, no hay nada mejor que un buen vino blanco. La cerveza es perfectamente especial para comer los entrantes, ya que los sabores de las buenas cervezas son demasiado fuertes como para acompañar una comida.
Pero no sólo las bebidas alcohólicas son aptas para acompañar a la comida, y es que también hay multitud de tipos de bebidas que nos deleitarán con sus distintos sabores. Los refrescos, sin ir más lejos, son muy consumidos en todas las casas.
De todas formas, no sólo a la hora de comer podemos deleitarnos con una buena bebida, ya sea alcohólica o no. Fuera de la comida siempre podemos beber un whisky con hielo, un café caliente, un batido, un zumo, etc… Incluso en el mundo del deporte la bebida toma un papel fundamental con las bebidas isotónicas, que nos ayudan a rehidratarnos a la perfección.
Lo mejor que tienen las bebidas son los cócteles, y es que podemos hacer la mezcla que más nos guste y disfrutar de un buen cóctel con frutas y hielo tanto en casa como fuera.
Imagen: Centro de nutrición