La receta que hoy os voy a traer nada tiene que ver con la raza de perro que lleva el mismo nombre a excepción del origen, claro. Esta receta se suele utilizar como acompañamiento del rosbif británico que hicimos hace pocos días, así que vamos manos a la obra para obtener un menú estupendo de una forma sencilla y sin complicaciones.
Ingredientes para el Yorkshire Pudding:
– 200 gr de harina
– 400 ml de leche
– 100 ml de agua
– sal
– 2 huevos
Cómo hacer el Yorkshire pudding:
Mezclar el harina con una cucharada de café de sal y tamizar para que no haya ningún grumo. Ponemos la harina en un bol hondo en el que podamos trabajar más tarde. Acto seguido tenemos que ir separando las claras de las yemas para agregar las yemas dentro de la harina. Es mejor agregar una yema y mezclar por completo y luego agregar la otra, ya que de lo contrario podrían hacerse grumos.
Cuando tengamos el harina y la sal mezclados con las dos yemas agregamos la mitad de la leche y el agua, es decir 200 ml de leche y 50 ml de agua, y volvemos a mezclar todo sin que quede ni un grumo. Cuando la mezcla empiece a ser espumosa es que tenemos la masa casi hecha. En este punto agregamos el resto de leche y de agua.
A continuación tenemos que dejar esta mezcla en reposo durante, al menos, una hora y media. Cuando hayan reposado batimos las claras a punto de nieve y las agregamos a la mezcla, pero con cuidado y con suavidad.
Ya sólo nos queda precalentar el horno a 210 grados durante unos 10 minutos e introducir la masa en moldes de flan pequeños. Hay que repartir la masa entre 6/8 moldes e introducirlos en el horno durante 35-45 minutos. Cuando veamos el pudding subir ya está completamente listo. Es importante no abrir el horno en este tiempo, ya que lo único que conseguiríamos sería estropear la receta.