Hoy nos atrevemos con un producto típicamente español y aunque lo verás al salir de visita por otros países, te garantizo que el sabor es diametralmente opuesto al de los churros españoles. La razón es que en otros lugares los churros se asemejan más a la masa del rebozado, como esa que se utiliza para la elaboración de buñuelos o calamares a la romana. Por supuesto, el paladar de esos churros no nos convence, aunque desde luego hay gustos para todo.
Otro secreto para los churros, muy importante si queremos una cochura perfecta, es el punto de calor del aceite, ya que si lo ponemos demasiado frío la masa se pondrá muy blanda (babosa, como decimos por aquí). En cambio, si esperas a que el aceite esté demasiado caliente, los churros se quemarán.
Consejillos aparte y dejando a un lado el adoctrinamiento (que aquí hemos venido a comer y no a coger Cultura, frase terrible que alguien me contó que le decían en el Ejército), lo cierto es que hacer churros en casa es mucho más sencillo y rápido de lo que la mayoría nos imaginamos.
Dado que llega un tiempo fantástico para degustar este “lujo” de nuestra gastronomía popular, aquí va la receta. Acompañadlos con un buen chocolate caliente y disfrutaréis de un momento de éxtasis. Ya haremos dieta en otro momento.
Ingredientes (para 4 personas):
- 1/2 kilo de harina
- 3/4 litros de agua
- una cucharadita de sal
- una cucharadita de levadura
- Aceite de Oliva suave o de Girasol
Elaboración:
Lleva el agua al fuego, con la cucharadita de sal. Cuando arranque a hervir la quitamos del fogón y echamos la harina, que ya habremos mezclado con la levadura. Amasamos sin miedo y, si bien al principio nos parecerá algo pegajoso y si forma, poco a poco irá tomando cuerpo.
Una vez que la masa tenga una consistencia adecuada, con la masa fina y sin grumos, la dejamos reposar unos minutos para que se asiente.
Es el momento de colocarla en una manga pastelera. Otras personas prefieren hacer los churros a mano (no tenemos más que recordar nuestros tiempos del cole con la plastilina), personalmente a mí me gustan más así.
Freír en abundante aceite caliente. Puedes probar echando una bolita de masa. El aceite estará listo cuando dore sin quemar.
En algunos lugares los churros, una vez hechos, se espolvorean con un poquito de azúcar. En Andalucía, sin embargo, se comen tal cual.