Siempre estamos acostumbrados a utilizar como guarnición los mismos ingredientes: papa, verduras salteadas, arroz… La calabaza nunca se contempla como guarnición y la verdad es que queda muy resultona en todos los sentidos. El sabor que tiene esta verdura no lo tienen ninguna otra y si la utilizamos como guarnición nos quedará un plato excepcional.
Para la receta de hoy necesitamos los siguientes ingredientes:
– Una cabalaza
– Sal
– Pimienta
– Aceite de oliva virgen extra
Los pasos a seguir son los siguientes:
Como puedes comprobar lo que necesitamos para esta guarnición es bastante poco. Si tenemos en cuenta que las guarniciones suelen ser pesadas veremos que en esta ocasión la calabaza nos ayudará incluso con la digestión, por lo que resulta otro punto a su favor.
Lo primero que tenemos que hacer es cortar la calabaza a rodajas. Para pelarla tenemos dos opciones: o la pelamos antes o la pelamos después. Eso es cosa de cada uno, ya que las manías del cocinero son propias e independientes. Yo prefiero pelarla antes, pero eso es cosa mía.
Tenemos que poner la plancha a calentar y mientras se calienta vamos comprobando que las rodajas de calabaza no sea demasiado anchas. Con 1 cm de grosor es suficiente.
Con la calabaza cortada y la planacha caliente ya sólo queda poner la verdura a hacerse. Tenemos que echar por encima un poco de aceite de oliva, bastante sal (ya que la cabalaza es muy dulce) y pimienta.
Cuando la calabaza esté dorada le damos la vuelta y la dejamos hacerse por el otro lado. La debemos sacar cuando esté todo lo dorada que nos guste.