Es muy sencilla de realizar, pues no hay que tener prácticamente ningún conocimiento sobre cocina, y los ingredientes a utilizar son más que comunes. Además, el tiempo que hay que invertir para realizar este plato es muy breve (15 minutos o menos), con lo que la falta de tiempo no puede ser ya una excusa. Vamos a ello.
Ingredientes (para 2 personas):
- 500 gramos de pechugas de pollo (tambien se pueden utilizar muslitos)
- Una cebolla (tampoco muy grande)
- Una lata de Coca Cola
- Arroz de grano largo (preferiblemente Basmati)
- Aceite de oliva, sal y pimienta.
Empezamos cociendo el arroz. El arroz hay que cocerlo como hacen en Asia, esto es, que quede un poco pegajoso y no esté suelto (no es una paella). El procedimiento para que el arroz quede así es muy sencillo, en una cacerola ponemos una taza de arroz por persona (una taza pequeña, no vayais a usar ese cuenco que utilizáis para el desayuno donde cabe 1 litro de leche y 2 magdalenas) y ponemos el doble de agua que de arroz; esto es, si habeis puesto 2 tazas de arroz, pues ponéis 4 tazas de agua. Ponemos a calentar y cuando esté cociendo, bajamos el fuego al mínimo y ponemos una tapadera a la cacerola (no os asustéis si la tapadera empieza a moverse, es el vapor que intenta escapar), tras unos 8-10 minutos de cocción (depende de la cantidad que hayamos puesto) el arroz habrá absorbido gran parte del agua y quedará de la forma que queremos. Dejamos reposar con la tapadera puesta para que se enfríe un poco, mientras se cuece el arroz, pasamos al paso siguiente.
Ahora es el turno del pollo. Primero, pelamos la cebolla y la cortamos en trozos muy muy pequeños. En una sartén no muy plana y suficientemente grande, ponemos como 2 cucharadas de aceite de oliva y ponemos a calentar; no hay que esperar a que el aceite ahumee, ponemos la cebolla y a fuego lento, vamos dorandola poco a poco.
En cuanto el pollo esté ya cocinado (veamos que no está crudo) y la cebolla ya esté dorada, abrimos una lata de Coca Cola y la echamos por encima, cubriendo bien todos los trozos de pollo (como si fuera una sopa). Ponemos a cocer a fuego medio-alto (moviendo bien para que no se pegue) dejando que todo el agua se evapore, hasta que el resultado sea una salsa espesa.
Para terminar, en cada plato ponemos arroz cubriendo bien toda la superficie (hay que hacer como una cama para la carne) y encima ponemos el pollo añadiendo la salsa. A la hora de comer, mezclarlo todo bien (arroz y pollo) y a disfrutar.